IMPLICANCIA SOCIAL, ECONOMICA, POLITICA, GEOGRAFICA,CULTURAL Y MABIENTAL (CAMBIO CLIMATICO )DEL CAPITALISMO EN LAS SOCIEDADES VIAS DE DESARROLLO Y EN EL MUNDO ANDINO AMAZONICO .
CONCEPCIÓN DE LA NATURALEZA EN LA CULTURA OCCIDENTAL Y EN LA CULTURA ANDINO-AMAZÓNICO
A los problemas socioeconómicos de la miseria, la pobreza, desocupación,
desnutrición, discriminación étnica, violencia, etc. se añade otro problema
fundamental que amenaza la existencia, la sobrevivencia de la humanidad en
todos los aspectos de su vida: La destrucción del medio ambiente natural. Este
problema se manifiesta en los siguientes hechos:
1. La contaminación de
las aguas continentales y marítimas. Las ciudades descargan las aguas servidas
a los ríos, lagos, lagunas, a las aguas marítimas litorales sin tratamiento
alguno, provocando también la contaminación orgánica de las aguas; los relaves
mineros, los efluvios o descargas industriales también contribuyen a aumentar
los niveles de contaminación.
2. La contaminación de
los alimentos por acción del uso de los pepticidas, herbicidas, fertilizantes
químicos, etc.
3. La contaminación
del aire como consecuencia de las descargas de los vehículos de transporte, las
explosiones atómicas y la fuga y expansión de la radiactividad que ocasionan la
destrucción de las capas de ozono.
4. La destrucción de
los “ecosistemas” de las áreas productivas y reproductivas.
5. Explotación
irracional de los minerales y del petróleo.
6. Inadecuado manejo
de los suelos.
7. Uso de tecnologías
destructoras del equilibrio Hombre-Naturaleza.
8. Crecimiento urbano
irracional y tugurización de las principales ciudades.
9. Destrucción de gran
parte de la biomasa tropical produciendo la extinción de especies botánicas y
zoológicas.
10. Incremento de
tierras improductivas a las políticas de importación y subsidios de alimentos.
Como posibles causas de estos hechos podemos señalar las siguientes:
11. Los Modelos y
Estrategias económicas de los llamados países industrializados no han tomado en
cuenta la dimensión Naturaleza. La industrialización se ha hecho a expensas de
la destrucción del medio ambiente natural. Como contraparte en el pensamiento
económico actual notamos que no se toma en cuenta para nada es decir, no se la
incluye en el proceso económico productivo sino que se la abstrae, se la
separa. Se opera una separación entre la naturaleza y la sociedad y la economía
eso constituye una postura puramente economicista que no toma en cuenta los
aspectos o dimensiones naturales y sociales.
12. No se han diseñado
ni aplicado Modelos y Políticas de Ecodesarrollo que impliquen la conservación,
preservación y desarrollo de la naturaleza y el desarrollo humano.
13. La sobrevaloración
del Capital sobre el trabajo y la naturaleza ha conducido a los empresarios, y
a las transnacionales a interesarse sobre todo en la sobreacumulación de capital
sin importales los llamados “costos sociales”, humanos y naturales.
14. Las Tecnologías
Industriales utilizadas en las diferentes ramas económicas han contaminado,
destruido los elementos de la naturaleza y del medio ambiente en general.
15.
El tan aclamado desarrollo
científico-tecnológico más ha servido para el enriquecimiento de los que
detentan el poder económico que para solucionar los problemas humanos.
El pensamiento occidental sobre la
naturaleza.
El pensamiento tradicional.
En su etimología, para los griegos de
los siglos V y IV a.c. KOSMOS era igual a Orden (Cosmología) y OVRANOS
significaba Universo Físico (URANOLOGIA). Se pensaba que el Mundo era un Todo
ordenado y que se encuentra más allá del alcance intelectual de la sola
Astronomía. En un Universo bien adecuado, el Cosmos se compaginaría con la
Polis formando así una sola cosa: la Cosmopolis Integrada. De esta manera, pues
se planteaba una relación armónica entre la Naturaleza y el Hombre. Aún los
Dioses eran considerados como poderes naturales.
En el pensamiento helenístico y el escolástico, la materia, la
naturaleza, ocupaba un lugar inferior y la forma un lugar superior. La forma
existe independientemente de la materia y en una mente inmaterial o
inteligencia. Para Aristóteles Dios es Inmutable y como motor inmaterial
contiene los principios organizadores que dan forma a la materia. Para Platón
Dios es la inteligencia superior demiurgica; la mente absoluta. Para Plotino la
Materia es el principio de todo el mal.
En la época medieval, se piensa que los
seres humanos se encuentran vinculados de manera armónica con el sistema de las
cosas naturales y que tienen su propio sitio definido dentro del orden global
de la naturaleza. Pero también es importante señalar que lo material, lo
físico, lo corpóreo eran subvalorados y ubicados en los grados más inferiores
de la escala axiológica. Se resalta mucho más lo espiritual que lo material y
se prohíbe el conocimiento e investigación de los fenómenos naturales y
astronómicos.
El pensamiento Moderno.
En el siglo XVII los pensadores
abandonaron la concepción tradicional del Mundo, sus objetivos múltiples,
carácter integral, y desarrollaron una nueva visión de la realidad y de la
naturaleza. Plantearon una Visión Dualista del Mundo. Dividieron, dicotomizaron
la mente de la materia, el Pensamiento de la Extensión, los valores de los
hechos, y la humanidad de la naturaleza.
Surge la Ciencia Moderna con el objetivo
preciso de no sólo conocer la realidad sino conocerla para transformarla, cambiarla
y dominarla. Con Galileo, Descartes, Newton y Huygens surge el Método o el
Programa de investigación con la exigencia de una nueva clase de objetividad
basada en la separación del Sujeto del Objeto, de los Observadores de sus
Objetos de Estudio. Plantean con obstinación la necesidad de una investigación
científica neutral en términos valorativos.
El método de la Ciencia Moderna se
plantea como una especie de receta universal válida para estudiar el mundo
simbólico, el mundo natural y el mundo social, y humano. Así fue como surgieron
las nociones de Objetividad, de Neutralidad Valorativa e independencia. Esto se
entiende con la imagen de Laplace del Calculador Omnisciente que viene a ser el
pensador independiente cuya función es observar el Universo desde fuera.
Hermann J. Meyer refiriéndose a
Descartes nos dice que: “Su paso decisivo y fatal para el desarrollo venidero
de la cultura espiritual consiste en que eleva a la categoría de principio
ontológico metafísico, la contraposición epistemológica entre sujeto
cognoscente y mundo exterior entendido en forma mecánica-matemática. Para
Descartes hay dos substancias: el pensamiento y el mundo corpóreo, extenso (Res
Cogitans y la Res Extensa)” (Meyer: 1966:73).
En la época Moderna se cambia la
relación entre Hombre y Naturaleza. El Pensamiento Cartesiano –según Kamlah-
eleva al sujeto autónomo a la categoría de dueño y propietario de la
naturaleza. El sujeto se enfrenta al mundo como soberano y dueño de éste. Todo
ente es reducido a objeto de cálculo matemático. La unidad de la Naturaleza
radica ya no en el carácter de su creación divina, sino en la esencia de la
razón matemática. La idea mecanicista del Universo surge de un enfrentamiento
expreso contra la idea de la naturaleza como totalidad creada. En el siglo
XVII, pues, siguiendo el pensamiento de Meyer, se pusieron los fundamentos
definitivos de la cultura moderna.
El individuo, no la persona humana, el
grupo social y colectivo, la sociedad como una totalidad, es convertido en el
auténtico fundamento espiritual, así como también la existencia del mundo
inteligible, la unidad dualista de Individuo-Mundo, Estado-Iglesia y
Política-Religión.
La ciencia moderna se basa en las
matemáticas y considera como posible de estudio, de investigación no sólo
aquello que es calculable. medible y operacionalizable. Justamente, la creación
de la Geometría Analítica por Descartes y del Cálculo Infinitesimal por Leibniz
va a servir como formas matemáticas del pensamiento moderno para la
investigación experimental.
Pero la calculabilidad no es la única
característica fundamental del pensamiento moderno sino la dominación, la
sojusgabilidad del mundo natural, social y humano. Bacon en su obra “La
Atlántida” va a sentenciar que “Saber es Poder”, es decir que el objetivo principal
del conocimiento científico no es la verdad, sino que ésta se convierte en un
medio para lograr la dominación de la naturaleza, de la sociedad y del hombre.
Esta relación de dominación, implica desde el punto de vista Gnoseológico la
relación de oposición entre sujeto y objeto. La función del sujeto es conocer
al objeto pero para trastocarlo, dominarlo y subvertirlo en otra cosa distinta
a su legalidad interna, constitutiva. Toda la ciencia y las tecnologías
modernas y las contemporáneas están marcadas por eta característica. Así
por ejemplo la ingeniería genética, la tecnología neoconductista, la
electrónica, la tecnología educativa sistémica, etc. Meyer nos dice que: “La
voluntad de dominación del Universo no se refiere sólo a la naturaleza externa,
a la cría y cultivo de animales, plantas o a la dominación de las fuerzas
naturales animadas… sino a la reproducción y propagación biológicas sometidas a
un control racional planificado” (Meyer, 1986:81).
Hoy en día la naturaleza ha sido
convertida en objeto de explotación y dominación técnico-científica. La
naturaleza es objeto de control tecno-científico dirigido a gobernarla sobre la
base de su objetivación autónoma. Según Meyer, el proceso de progreso humano
discurre hacia el objetivo de sustituir la naturaleza por la sociedad en cuanto
realidad fundamental.
Pero, actualmente en pleno Siglo XX,
asistimos a una grave crisis de los fundamentos sobre los cuales se construyó y
se desarrolló la Ciencia y la Tecnología Occidentales; la universalidad, la
objetividad, la neutralidad, la relación sujeto-objeto, la analiticidad, la
calculabilidad y todos los dualismos en los que este proceso podemos
denominarlo de la Alienación a la Liberación de la Naturaleza que es el título
de un trabajo de Jurgen Moltmann.
Stephen Toulmin nos dice que el ideal de
objetividad que opera en la ciencia actualmente no es más el del calculador
omnisciente de Laplace y se ha convertido en su lugar el del Psicoanalista
escrupuloso, constantemente al acecho de la contra transferencia y consciente
de los peligros que este supone para nuestras interpretaciones. Para Frederick
Ferre la Ciencia actual es diferente en sus ideales y Métodos, y la denominada
Ciencia Postmoderna.
Las cuestiones o problemas que se
plantean actualmente entre el hombre y el mundo natural deben ser planteadas
hacia el interior, y ya no pertenecen a la Astronomía sino a otras ciencias
como la Ecología, la Psiquiatría, y nosotros agregaríamos a la Agroecología
Andina, la Economía Andina, la Antropología Andina y Amazónica.
En cuanto a la relación Sujeto-Objeto,
el primero se refiere a una entidad individual ahistórica, aislada,
independiente que se constituye en sí y ante sí en su discurso y reflexión, por
ejemplo del cogito ergo sum. Se trata de un individuo descontextualizado social
e históricamente, sin pertenecer a una totalidad social concreta. El objeto se
refiere a una entidad externa, al conjunto de propiedades medibles,
operacionalizables y matematizables. El tipo de relación que se plantea entre
sujeto y objeto no sólo es de oposición sino de dominación. La Gnoseología
Occidental no ha tomado en cuenta que el conocimiento es un proceso histórico y
no un producto lógico. Como proceso histórico el conocimiento científico y
filosófico es colectivo, cooperativo intersubjetivo que se da dentro de
totalidades sociales y culturales concretas. La noción de sujeto-individuo nace
con el liberalismo individualista, y competitivo y destructivo del medio
natural, y hoy en día hace su aparición con el Neo-liberalismo económico.
Pero la ciencia occidental no sólo
comete ese error sino otro más grave: Hay que conocer al Objeto, a la
naturaleza, sus propiedades y las leyes que la gobiernan para cambiarla,
trastocarla, subvertir su esencia, su legalidad interior y convertirla en otra cosa
diferente a lo que es ella, es decir dominarla y violentarla. La consecuencia
de este grave error es nada menos que la destrucción de los ”ecosistemas”
mundiales, que no sólo sirven o servían para satisfacer las necesidades
radicales del hombre a través de su trabajo sino que fundamentalmente servía y
debe servir como hábitat, como morada natural del hombre. La racionalidad
europea y anglosajona entró en crisis, y se manifiesta en la relación estrecha
que existe entre su individualismo y los problemas sociales y culturales que
tienen las sociedades norteamericanas y las europeas.
Otra forma de manifestarse el problema
es en lo que ha venido en llamarse el “euro-americano-centrismo” que se da
dentro de las relaciones de dominación mundial que vivimos actualmente. Se nos
ha vendido la idea que las culturas o sociedades dominantes son las únicas
racionales, vendrían a ser los sujetos históricos por antonomasía
representativos de la especie humana filogenética y ontogenéticamente hablando.
Los “Otros”, los dominados son “objeto de conocimiento y de dominación, por que
no somos racionales”.
Pero no todos los pensadores
occidentales de los llamados países occidentales industrializados piensan
igual: Toulmin, Bloch, Findlay, Marx, Moltmann, etc. son partidarios de cambiar
el tipo de relaciones entre el hombre y la naturaleza. Moltmann nos dice que:
“No sólo debe el hombre trabajar en la naturaleza, también deben poder vivir en
ella” ()… El hogar sólo existe en libertad, no en la esclavitud (Moltmann 1989:
136).
Éticamente hablando, la Ecología
preconiza vivir una vida natural, una vida en armonía con la naturaleza de la
cual forma parte de la humanidad. El saber práctico consiste en aprender a
evitar la exasperación, llegando a comprender el lugar humano en el mundo
natural y aprendiendo a evitar meterse con las otras criaturas y sistemas en
ese mundo de manera que pueden recaer en nosotros.
El Pensamiento Andino – Amazónico.
El hombre andino concibe la realidad
como una totalidad interrelacionada de elementos como el suelo, el agua, la
flora, la fauna, el clima, el paisaje natural. El hombre mismo forma parte de
esa totalidad. Todos estos elementos son cultivados, manejados, domesticados
por el hombre andino y se convierten en la Chacra – Chakra –que significa “el terreno
cultivo propio de los Andes”; en el suelo agropecuario, en el agua manejada, la
flora, en la planta cultivada, la fauna, en el animal domesticado, y el paisaje
natural en el paisaje agropecuario (Ballón y otros; 1992:56).
De todos estos elementos el más
importante es la Chacra alrededor del cual van a gravitar todos los demás
elementos naturales y culturales. En este sentido dentro de esa concepción
totalizadora se incluye la naturaleza, la economía, la sociedad, la cultura, la
religiosidad, el folklore, los cuentos y leyendas. Se afirma también que el
pensamiento andino es agrocéntrico porque concibe que la agricultura es la
actividad del hombre alrededor de la cual gravitan todas las demás actividades
culturales que realiza el hombre de los andes peruanos.
Esta totalidad no es estática, inmóvil,
sino cambiante, en continuo proceso de transformación, de domesticación del
ambiente en beneficio recíproco de la naturaleza y de la sociedad. En la medida
que la tierra es el ser y la justificación de su existencia, la lucha por la
tierra cuando tratan de quitársele, expropiársela ilícitamente constituye el
motor del cambio, del desarrollo de esa totalidad. Estamos, pues, frente a un
tipo de Totalidad Dialéctica, y no frente a una Totalidad estructural sistémica.
El hombre andino hizo de la Agricultura la actividad que le proporcione los
alimentos para la subsistencia tanto de su familia como de su comunidad. Los
sucesivos levantamientos que se han dado desde la colonia hasta la República y
la actualidad no hacen más que confirmar lo dicho anteriormente.
Otra característica fundamental del
pensamiento andino está dado por el tipo de relación armónica, de unidad que se
da entre la Naturaleza y el hombre andino, entre la naturaleza, la economía, la
sociedad, la cultura andina. El hombre andino humaniza a la naturaleza y ésta,
a su vez, lo naturaliza. Esto hace que no se produzca, como en el caso del
pensamiento occidental, una separación, una ruptura, escisión entre ambos. Como
consecuencia no se da entre ambos una relación instrumental de dominación, del
hombre sobre la naturaleza, no se da un proceso de enajenación de la naturaleza
sino la liberación tal como señalamos en el primer punto de este artículo. El
hombre andino a diferencia del occidental capitalista no concibe a los
elementos de la naturaleza a las “materias primas” como recursos mercantiles
que tienen valor de uso y valor de cambio. Los productos de la naturaleza
domesticados o no sirven para satisfacer las necesidades humanas antes que para
venderlas y acumular dinero.
Por otro lado, el hombre actúa no sobre
sino, en y para la naturaleza y la sociedad a través del trabajo para producir
los bienes que necesita para satisfacer sus necesidades con un conjunto de
medios técnicos que no lo conducen a romper, destruir el equilibrio de la
naturaleza y de la sociedad. El hombre andino utiliza una serie de
procedimientos para restablecer el equilibrio natural, después, por ejemplo, de
una cosecha: Abonos de la tierra, barbecho, construcción de terrazas, de andenes
para ampliar el espacio agrícola. Para el hombre andino el trabajo colectivo,
comunal, humanizado es el principal factor del proceso productivo y no el
capital. Esta situación se da significativamente en las comunidades donde no
han penetrado las relaciones capitalistas con más fuerza e intensidad que en
otras. La agricultura mercantil e industrial es la que más fácilmente rompe el
equilibrio destruyendo los llamados “ecosistemas”.
Desde el punto de vista gnoseológico el
hombre andino no se auto concibe como un individuo sino que existe la tendencia
aún a auto concebirse como un ser social que pertenece a una comunidad y a un
territorio. Como ser social desea conocer el mundo natural y social para
establecer una relación de unidad entre ambos; no se da esa relación de
oposición de corte occidental instrumentalista entre sujeto cognoscente y
objeto conocido.
El hombre andino conoce y actúa en el
mundo natural no con el objetivo instrumental de utilizar, dominar y explotar
la naturaleza con la finalidad de acumular riqueza a costa de la destrucción
del medio natural, cuyos hechos negativos los hemos enumerado al comienzo de
este trabajo. La finalidad del hombre andino es CULTIVAR la naturaleza, y al
mismo tiempo CULTIVARSE el mismo para desarrollarse como ser natural y como ser
social en forma integrada. De ahí que el hombre y la actividad de la
agricultura forma parte de la cultura y esté dirigida a cultivar la naturaleza
para hacerla producir los alimentos que necesita el hombre para poder vivir y
desarrollarse, y a su vez, a través del conocimiento y el trabajo del hombre en
la naturaleza se cultiva, se transforma él mismo.
Por lo tanto, desde el punto de vista
gnoseológico en el proceso cognoscitivo el hombre andino no se reduce a la
categoría de Individuo, tal como ocurre en el mundo occidental
instrumentalizado, sino como ser social e histórico que establece una relación
humanista de acercamiento con la naturaleza, que no es conceptualizada como
algo extraño, como un objeto externo sino como algo que forma parte del sujeto
y es cognoscible a través de su actividad antropológica. El hombre andino es
una unidad recíproca entre el ser natural y el ser social. Como consecuencia de
esta interacción entre el hombre y la naturaleza, la sensoriedad animal del
hombre se humaniza, su inteligencia y personalidad se desarrollan en la
dirección del proceso de hominización.
Según Llanque: “La tierra para los
andinos no es simplemente tierra, ella es el centro de su existencia, la fuente
de su organización social y origen de sus tradiciones y costumbres. Se puede
decir que la tierra es la vida misma del pueblo andino, su historia personal y
comunal“ (Llanque 1986: 17). Además de respetar a la tierra no hay que
explotarla; se cita el testimonio de un aymara, Calixto Quispe, quien expresa:
“Nos dicen que la tierra es para explotarla lo más que se pueda para
enriquecernos, se poderosos y estar cada vez más sobre el hombre. En cambio, en
nuestra concepción, hay que abonar, proteger y respetar y venerar a la Tierra
con ofrendas y sacrificios por que es la que nos da la vida. La tierra no es
para explotarla sino para vivir de generación en generación”. (Albó &
Quispe 1987: 14).
En la religiosidad y en las canciones se
expresa, está presente la naturaleza. Las actividades prácticas son
inseparables de las deidades, rendición del culto, con las prácticas rituales
en la siembra, cosecha, labranza, pastoreo. Según Rodrigo Montoya, la fiesta
del agua constituye la prueba de la relación directa entre el hombre y la
Naturaleza. Los hermanos Montoya afirman que en las canciones andinas
quechuas están presentes los cerros, los animales, los árboles, las flores, los
ríos y las sirenas.
Esta relación de unidad entre Naturaleza
y hombre se ve mediatizada, neutralizada por las relaciones sociales de
producción de tipo capitalista en el interior del mundo andino. A nivel interno
tenemos la influencia negativa de la educación, de los medios de comunicación
masiva, de la religión específicamente de las sectas religiosas, del comercio,
de los medios de transporte, entre otros como las migraciones internas. A nivel
externo e interno, tenemos el fenómeno de la dominación del neo-colonización
económica, social, cultural, científico-tecnológica, educativa e ideológica,
que alteran y trastocan la relación de unidad que se da entre Hombre y
naturaleza, entre naturaleza, sociedad y cultura. El grado de trastocamiento de
la relación depende del grado de penetración de la doctrina y práctica
económica e ideológica del capitalismo y, por lo tanto, del grado de
integración de las comunidades campesinas incipiente capitalismo urbano.
Los occidentales capitalistas, por el
hecho de habernos colonizado e impuesto autoritariamente su racionalidad y sus
productos nos consideran como objetos-dominados tanto ontológica como
gnoseológica y antropológicamente; ellos se consideran los sujetos
cognoscentes. Las comunidades campesinas y nativas de la selva son consideradas
autoritariamente como objetos de conocimiento y de trastocamiento. De acuerdo a
lo anteriormente expuesto creo que las características que sirvieron de
fundamento a la ciencia moderna y contemporánea no se cumplen, no son válidos
para todos los mundos posibles. Se ha criticado hasta el cansancio la
pretendida universalidad del conocimiento científico señalando el carácter
eurocentrista, euro-americano del mundo la objetividad ya no sin sujeto, sino
con sujeto histórico con horizonte valorativo; ya no tiene sentido hablar de
neutralidad porque la ciencia como actividad humana apunta hacia un telos o
conjunto de fines que es la expresión y característica humana; de
calculabilidad menos aún: no toda la realidad es cuantificable, matematizable,
medible. En el caso del pensamiento andino el conocimiento y la acción humana,
en los andes peruanos no es calculista, instrumental. Mientras el hombre
occidental instrumentaliza y matematiza el conocimiento y la acción dirigidos a
explotar, dominar la naturaleza para obtener las más alta tasas de ganancia y
sobreacumulación de capital, el hombre andino conoce y actúa para lograr la
satisfacción de sus necesidades, para desarrollar su cultura, para producir y
reproducirse él y su familia y su comunidad no como seres individuales
biológicos sino como seres colectivos, comunitarios. La tecnología andina no es
calculista como lo es la occidental porque el proceso productivo no lo es
simplemente.
En cuanto a la Concepción de la
Naturaleza que se da en las Comunidades Nativas de la Selva Peruana, podemos
empezar citando la expresión de un nativo de la selva. “No hay nada más nuestro
que nuestros ríos, nuestra selva, nuestra manera de ser…” Así como los hombres
andinos de las Comunidades campesinas de la Sierra conciben el mundo, la
realidad como una totalidad interrelacionada, integrada por elementos
estrechamente vinculados; el eje central de su existencia está dado por el
BOSQUE con sus elementos fundamentales como son los ríos, las lagunas, los
animales, sus costumbres, mitos, leyendas y dioses. No conciben a la naturaleza
separada de la economía, de la sociedad, de la cultura y de la religión. Todos
estos elementos constituyen una totalidad integrada.
En la mayoría de las veces no se
entiende la importancia que tiene el territorio para los nativos y la extensión
del concepto. “Para los indígenas un territorio no es sólo el suelo, ni un
conjunto de parcelas. Tampoco su uso se relaciona primordialmente con el
mercado. El territorio, en su aspecto económico. Es un conjunto integrado de
recursos en interrelación y rinde más al pueblo que lo disfrute cuanto más
entero se encuentre, cuanto menos transformado esté. Es por esto que se sienten
tan sorprendidos cuando, como ocurre con la legislación de los países
amazónicos, se separa como cosas distintas el suelo, el bosque, la fauna, el
agua y el subsuelo. Separar un suelo amazónico de su cobertura forestal es lo
mismo que separar un corazón del cuerpo que los aloja” (Chirif, García, Chase,
1991-29, 30).
En la concepción amazónica la naturaleza
no es dicotomizada, ni constituyó una antítesis de la cultura. Piensan que
existe una relación muy estrecha de unidad, de integración entre la naturaleza,
la sociedad y la cultura. Cabría la posibilidad de inferir que para el hombre
de las comunidades nativas la naturaleza estaría integrada al mundo social. Tal
como lo sostiene Soren Hvalkof para el caso Ashaninka, afirmación que se puede
generalizar para todo el mundo amazónico no trastocado, violentado por las
relaciones sociales de tipo capitalista “… no existe ninguna dicotomía entre
naturaleza y cultura, sólo existe la sociedad. Nuestra “naturaleza” ha sido
humanizada e incorporada a través de las relaciones sociales míticas” (Rev.
Amazonía Nro. 21-92:162-163).
De lo expuesto hasta aquí podemos
inferir que el pensamiento amazónico se caracteriza por el tipo de relación
armónico, de unidad que establece entre hombre y naturaleza. El hombre
amazónico humaniza la naturaleza y ésta a su vez lo naturaliza. Acá tampoco
encontramos la separación, la escisión, la ruptura que se da en el pensamiento
occidental entre naturaleza, sociedad, economía, cultura y hombre. El
pensamiento occidental objetiviza, el pensamiento amazónico subjetiviza. El
pensamiento occidental la mercantiliza, la enajena, el pensamiento amazónico la
humaniza y la libera al no atribuirle valor de cambio, sobre todo en las
comunidades donde todavía predomina la economía de autosubsistencia, a nivel de
agricultura, pesca, caza, recolección, no así en las que han sido colonizadas,
o donde hay presencia de colonias provenientes de la sierra peruana con
mentalidad mercantilista. Pienso que esta relación armónica, de reciprocidad se
da con mucha mayor fuerza e intensidad en el pensamiento amazónico que en el
andino no sólo por la presencia de los bosques tropicales sino también por el
menor grado de penetración del capitalismo en la selva o en la amazonía.
Esta totalidad armónica
Hombre-Naturaleza que se da en el mundo amazónico a nivel de las comunidades
nativas, ha sido y sigue siendo trastocada violentada: por el Boom del Caucho,
del Barbasco; por las explotación maderera; por los procesos de colonización,
por el uso de tecnología occidental, por los procesos de evangelización, por el
sistema educativo urbano y occidentalista, por los medios de comunicación
masiva, por la cultura capitalista del mercado y el consumo, por los procesos
de modernización occidental, entre otros.
Por las limitaciones de espacio y por el
nivel en que se encuentra desarrollada la investigación, terminaremos aquí, con
cargo a que más adelante, posteriormente, en otra publicación lo pueda hacer
con más amplitud.
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