Equidad
– Igualdad-Justicia Social-Inclusió
EQUIDAD:
La equidad de género es un conjunto de ideas, creencias y
valores sociales en relación a la diferencia sexual, el género, la igualdad y
la justicia en lo relativo a los comportamientos, las funciones, las
oportunidades, la valoración y las relaciones entre hombres y mujeres.
El objetivo de la equidad o
igualdad de género es ofrecer a todas las personas, independientemente de su
género, las mismas condiciones, oportunidades y tratamiento, pero teniendo en
cuenta las características particulares de cada uno para garantizar el acceso
de las personas a sus derechos.
No se trata, por lo tanto, de
eliminar las diferencias, sino en valorarlas y darles un trato equivalente para
superar las condiciones que mantienen las desigualdades sociales.
La equidad de género está relacionada,
de esta forma, con conceptos como igualdad, justicia y dignidad.
IGUALDAD:
“La igualdad de género es un principio
constitucional que estipula que hombres y mujeres son iguales ante la ley”, lo
que significa que todas las personas, sin distingo alguno tenemos los mismos
derechos y deberes frente al Estado y la sociedad en su conjunto. Sabemos bien que no basta decretar la igualdad en la
ley si en la realidad no es un hecho. Para que así lo sea, la igualdad
debe traducirse en oportunidades reales y efectivas para ir a la escuela,
acceder a un trabajo, a servicios de salud y seguridad social; competir por
puestos o cargos de representación popular; gozar de libertades para elegir
pareja, conformar una familia y participar en los asuntos de nuestras
comunidades, organizaciones y partidos políticos.
JUSTICIA SOCIAL:
Todas
las personas tenemos necesidades básicas comunes, que se traducen en derechos
humanos fundamentales: el derecho a la propia identidad, a la
supervivencia, a la educación a expresarnos con libertad y a ser tratados con
dignidad y respeto, por ejemplo.
Cuando
estas necesidades fundamentales no se satisfacen nos encontramos frente a inequidades, que pueden darse tanto en
los países industrializados como en países en desarrollo. Lo
que convierte estas situaciones en injusticias es que pueden ser evitadas:
no se trata de problemas irresolubles a los que no podamos hacer frente, sino
que a menudo han sido provocados por personas y persisten porque mucha gente se
desentiende de ellos. La decisión de promover o negar la
justicia social está en manos de las personas, ya sea a escala
individual, local, nacional o mundial.
INCLUCION:
Inclusión social es un concepto relativo
donde la exclusión puede ser juzgada solamente comparando las circunstancias de
algunas personas (o grupos o comunidades) relativa a otras, en un determinado
lugar y en un determinado momento y como un concepto normativo que pone énfasis
en el derecho de las personas de “tener una vida asociada siendo un miembro de
una comunidad”.
Con objeto de lograr estos derechos, las políticas de inclusión tienen
que abordar las ineficiencias institucionales que se derivan de actos de
exclusión por parte de agentes que se basan en el poder y en actitudes sociales
y que resultan en desventajas basadas en género, edad, etnicidad, ubicación,
situación o incapacidad económica, educativa, de salud, etc. Las políticas de
inclusión social corrigen los resultados negativos de las políticas, sean éstos
intencionales (discriminación sistemática) o no intencionales (fracaso en
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